Colaboración de Paco Pérez
EL CEREZO: LA BELLEZA
DE SUS FLORES.
Capítulo III
El
CEREZO es un árbol frutal que debe cultivarse en suelos que
estén bien drenados, sean algo calizos y frescos; no
necesitan mucha agua y aguantan bien los periodos de sequía.
Estos
frutales tienen muchas variedades. En nuestro pueblo tenemos:
1.-
La Prunus cerasus es conocida
también como “cerezo ácido”, “cerezo de Morello” o “Guinda”.
En España hay una variedad que es muy conocida, la “Picota del Valle del Jerte”, ésta es muy valorada por el sabor dulce y se reconoce con facilidad por su color rojo oscuro y por no tener rabillo. De la cereza se aprovecha la carne como alimento, los huesos como fuente de energía renovable porque no causa daño al medio ambiente y los pedúnculos o rabillos de las cerezas se emplean para usos medicinales cuando están secos pues tienen propiedades diuréticas y antirreumáticas pero sólo si proceden de cultivos que no son tratados con productos químicos. Las flores se pueden utilizar en ginecología para aliviar los dolores del síndrome premenstrual.
Este cultivo está muy extendido pues se adapta con facilidad a diversos climas y cuando le favorece puede vivir hasta los cien años. El fruto es muy apreciado y, además, nos regala en primavera unas flores de gran belleza pues sus pétalos son de color blanco o rosado y este color también está presente en los estambres. Otros elementos que intervienen en el conjunto de su bonita imagen son el verde brillante de sus hojas ovaladas, caducifolias o caducas y el tono rojizo de la corteza del tronco, pertenece a la familia de las rosáceas.
Esta
planta necesita vivir en lugares que tengan un clima templado o
cálido, es el más adecuado para desarrollarse y dar buenos frutos pues no
toleran el frío y, sobre todo, las heladas que se presentan a
destiempo.
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