2º DOMINGO
DE
ADVIENTO
Colaboración
de Paco Pérez
La semana pasada comenzamos el tiempo litúrgico de Adviento y entonces se nos enseñó qué se
pretendía alcanzar durante estas semanas y cómo debíamos de recorrer el camino
que nos llevaría al día de Navidad.
Si creemos que el diseño es para cuatro semanas estaremos ante un gran error,
tenemos que trabajar para el día en que Dios nos ajuste las cuentas que tenemos
pendientes con Él.
Hoy entra en escena Juan
“El Bautista” y nos muestra
su camino, el que siguió antes de presentarse ante Dios.
Cuando Jesús se le acercó en el Jordán para ser bautizado es porque durante
su estancia en el desierto había conseguido que se operara en su persona el efecto renovador que Dios nos pide a los hombres y, por esa
acción, se hizo merecedor del premio que le dio el Padre… ¡¡¡Bautizar a su Hijo!!!
Dios enseña al
hombre el camino mediante ejemplos y hoy nos ha dejado el de Juan “El Bautista” para que sepamos cómo debemos de proceder para
alcanzar su reconocimiento:
1.- Sentirnos, a diario, insatisfechos con lo que hacemos.
2.- Analizar con espíritu crítico el sistema imperante para,
después de la evaluación, determinar si se ajusta a la verdad.
3.- Si no cumple los requisitos para los que fue establecido
deberemos de romper con él.
4.- Emprender nuestra ruta individual de renovación ajustados a
las normas que emanan de Dios y que están en la Biblia.
Ahora leeremos a San Lucas
en III, 1-6 y así comprobaremos mejor lo dicho:
[En el año quince del imperio de Tiberio César,
siendo Poncio Pilato procurador de
Judea, y Herodes tetrarca de Galilea;
Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias tetrarca de
Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan,
hijo de Zacarías, en el desierto.
Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de
conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los
oráculos del profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto. Preparad el
camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo
monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán
caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios.]
De Juan “El Bautista” dijo Jesús en San Mateo XI, 11: [En verdad os digo: Entre los que nacen de mujer no se ha
levantado otro mayor que Juan “El
Bautista”; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él.]
¿Creemos que Jesús es Dios?
Es importante que nos
planteemos esta interrogante porque nuestro actuar estará ligado a la respuesta
que demos. Tenemos el ejemplo de Juan,
él sí creyó en Jesús antes de
conocerlo y por ello se preparó a fondo en el desierto para poder protagonizar
después el recibimiento que le dio el día que se acercó a él en el Jordán para
que lo bautizara.
¿Estamos dispuestos a seguir
el camino que Juan “El Bautista” nos
enseñó?
1.- Rompió con su vida
cotidiana, era de familia sacerdotal rural. A
pesar de ello abandono su actividad sacerdotal en el templo por disconformidad con todo el sistema de ritos de purificación y de perdón vinculados a él.
Dicen los expertos que no
se sabe qué le movió a abandonar su vida sacerdotal y que ese comportamiento que tuvo no es el de una persona normal, hace falta algo más fuerte, y
por eso creen que sí podría ser el de un
hombre arrebatado por el Espíritu de
Dios.
2.- Se retira al desierto para vivir en
soledad y meditar. Abandona, sale del ambiente contaminado en que vive para
limpiarse, reponer las pilas y regresar para actuar como un hombre nuevo.
¿Estamos conformes con la deriva costumbrista que ha
tomado nuestra religión?
Yo, no. El viernes
pasado asistí a misa y lo pasé mal porque el templo había dejado de ser ese día,
por culpa de quienes allí estábamos, la razón por la que Dios nos mandó construirlo:
1.- Darle gloria y
reconocimiento,
2.- Desnudarnos ante Él internamente y mostrarle nuestras
miserias para después elevarle nuestras peticiones de perdón y ayuda.
3.- Darle gracias por
todo lo que hemos recibido desde que nos dio la vida.
4.- Solicitarle que nos
guíe de manera permanente y que nos levante en nuestras continuas caídas.
5.- Mostrar, mientras
estemos en él, una actitud personal de silencio y de respeto. Para celebrar
tertulias y alborotos hay otros lugares públicos de recreo.
Tenemos
dos ejemplos claros en los que se denuncia y se rompe con el formato oficial
del TEMPLO, Juan “El Bautista” y Jesús,
lo que hicieron ambos lo sabemos todos y ahora sólo procede preguntarnos:
¿Los actos que se celebran en los templos
actualmente pasarían ante Jesús la
prueba del algodón o no la pasarían porque están impregnados de costumbrismo y Él volvería a repetir lo que hizo?
Juan “El Bautista” rompió con el templo, Jesús no le echó en cara su acción y, por el contrario, le otorgó el
privilegio de bautizarlo.
No entiendo, algunas veces, a quienes me dirigen la vida religiosa y política, por
ello opino que nos hacen falta otros representantes que tengan el espíritu de Juan “El Bautista” para guiarnos en la
renovación completa que necesitan la sociedad y el sistema imperante.
San Pablo, en
este texto que escribe en FILIPENSES I,4-6. 8-11 nos muestra lo que debe
de hacer un PASTOR y su REBAÑO:
[Hermanos:
Siempre que rezo por vosotros, lo hago con alegría. Porque habéis sido
colaboradores míos en la obra del evangelio, desde el primer día hasta hoy.
Esta es mi convicción: que el que ha inaugurado entre vosotros una empresa
buena la llevará adelante hasta el Día de Cristo Jesús.
Testigo me es Dios de lo
entrañablemente que os echo de menos, en Cristo Jesús. Y ésta es mi oración:
que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad para
apreciar los valores. Así llegaréis al día de Cristo limpios e irreprochables,
cargados de frutos de justicia, por medio de Cristo Jesús, a gloria y alabanza
de Dios.]
Si seguimos con las pamplinas religiosas el espíritu del ADVIENTO no logrará trasformar a nadie y a nada jamás y seguiremos
haciendo lo de siempre.
Si los gobernantes políticos
no abordan los problemas en la dirección que deben por cobardía electoral, por
egoísmo de sillón, por intereses personales o para beneficiar a sus partidos
seguiremos así y los problemas de las familias no se solucionarán.
Si el hombre, religioso o
no, sigue comportándose como no es lógico y cometiendo desmanes.
Cuando todos los estamentos sociales fallan Dios se enfada y castiga. Este proceder se nos recuerda
hoy en BARUC V, 1-9: [Jerusalén, despójate de tu vestido de luto y
aflicción y viste las galas perpetuas de la gloria que Dios te da; envuélvete
en el manto de la justicia de Dios y ponte en la cabeza la diadema de la gloria
del eterno, porque Dios mostrará tu esplendor a cuantos viven bajo el cielo.
Dios te dará un nombre para siempre: "Paz en la justicia" y
"Gloria en la piedad".
Ponte en pie, Jerusalén,
sube a la altura, mira hacia el oriente y contempla a tus hijos, reunidos de
oriente a occidente, a la voz del Santo, gozosos invocando a Dios.
A pie se marcharon,
conducidos por el enemigo, pero Dios te los traerá con gloria, como llevados en
carroza real. Dios ha mandado abajarse a todos los montes elevados, y a las
colinas encumbradas, ha mandado llenarse a los barrancos hasta allanar el
suelo, para que Israel camine con seguridad, guiado por la gloria de Dios. Ha
mandado al boscaje y a los árboles aromáticos hacer sombra a Israel. Porque
Dios guiará a Israel con alegría, a la luz de su gloria y su misericordia.]
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