miércoles, 12 de febrero de 2014

IN MEMORIAM.

 José Calles Almagro. A ti.
La muerte no es verdad,
cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”.
J. Martí.

 Querido y apreciado primo: Nos unían cosas comunes, más allá del vínculo familiar que no es poco, compartiendo parte de nuestro caminar en casa de los abuelos. Y esa herencia y poso afectivo es algo de inigualable valor.
Hace ya un año, que partiste y no podemos evitar la tristeza, el desconsuelo, la congoja y el dolor que nos ha causado tu irremediable pérdida, aunque sabemos  que tú no hubieras querido penas añadidas.
En este tiempo, hemos  aprendido de tu entrega, tu fortaleza y la serenidad con la que afrontabas todo. Fuiste siempre una lección de valor y tesón.
Nos regalaste tantos y tantos momentos que, al menos, éste quiero que lo tengas tú. Es cierto que nos has dejado, pero sé que estarás con cada uno de nosotros: Tu esposa, tus hijos, tu nieto, tu madre, tus hermanos...tu familia y amigos, siempre estarás vivo en nuestros corazones.

Por eso, inicio estas líneas en nombre de todos los que te conocimos y compartimos experiencias. Muchas cualidades admiraba en ti, entre ellas, tu generosidad, tu cordialidad, tu ingenio, tu sencillez y tu pronta disposición a participar en toda iniciativa que pudiera ayudar en ámbitos variados: humanitarios, religiosos, agrícolas, políticos... de nuestro municipio, Villatorres.


Y en eso, te has marchado muy satisfecho, porque toda tu vida ha sido una constante sucesión de “saber hacer” buenas obras hacia los demás. Tu recuerdo siempre estará presente.
Cuando un pueblo honra a alguno de sus hijos, se honra a sí mismo; y de ello no me cabe duda alguna. Por esto es por lo que me sumo complacida, a la par que sinceramente felicito a quienes tuvieron la brillante iniciativa, y la justa decisión desde El Excmo. Ayuntamiento de Villatorres al haberte concedido el GALARDÓN AL BUEN VECINO. Otorgándote este reconocimiento  por tu trayectoria en la vida y por tu ejemplo para sus conciudadanos.
Desde la nostalgia, me he tomado hoy la licencia de dibujar variopintos  matices que trazan  un inmejorable perfil FAMILIAR Y HUMANO. Tu tarjeta de visita, “tender puentes”, “mediar en diferencias”, “derrochar tolerancia”, “sonreír todos los días”, “tener detalles” y nunca dejar de soñar, con un proyecto enérgico en el que las pequeñas cosas son las que originan grandes cambios.
Porque José era, a su manera, un mecenas. Un mecenas de la vida, y de las  buenas cosas que hacen que este mundo sea mucho más fácil. Él ofrecía lo que tenía, en aras de conseguir una convivencia armónica entre la gente que le rodeaba...cada dificultad era una oportunidad disfrazada.
Fue un innovador constante. El valor de las cosas no está en el tiempo que duran, sino en la intensidad con que suceden; por eso existen momentos inolvidables y personas incomparables como Pepe.
Por su historia de vida entendemos la calidad del ser humano que hemos conocido. “La vida es un arte y él la sentía”. GRACIAS por habernos enseñado miles de cosas que nunca se aprenden en un libro.
GRACIAS por enseñarnos el camino adelante, y mostrarnos que los momentos crepúsculos de la vida hay que afrontarlos con un puñado descomunal de vitalidad y alegría, y con toda la esperanza y entusiasmo, nada disminuido, para los avatares de nuestra última andadura.
Ahora, pasado un año, volvemos a ti para susurrarte aún con el tiempo de los sentimientos fragmentados, que la serenidad no es estar a salvo de la tormenta, sino encontrar la PAZ en medio de ella. 
A ti, pues, querido primo te rindo hoy pleitesía, para que el germen de los valores y virtudes que te caracterizaban  arraiguen en todos los que tuvimos la fortuna de estar a tu lado, compartiendo tus enseñanzas y afecto.
D.E.P.

Ana María Calles Calles


UN VILLARGORDEÑO DE POSTÍN
Pepe fue una persona muy querida y respetada por todos los que tuvimos la oportunidad de tener algún trato con él.
El no ser de su círculo de amigos no impidió que tuviéramos unas excelentes relaciones y eso nos llevaba a saludarnos siempre que nos encontrábamos o a alternar en las ocasiones que las circunstancias lo propiciaron en las tertulias del bar.
Recuerdo que en una ocasión fui a buscarle porque necesitaba pedirle un favor y, la verdad, no había acabado de exponerle que necesitaba de él su autorización para poder ocupar durante un tiempo el solar que su familia tenía junto al nuestro para colocar en él la grúa y los materiales que emplearíamos durante el periodo de obra de las viviendas de mis hijos cuando ya tenía el permiso desinteresado para hacer en él todo lo que necesitáramos.
Su vocación de servicio quedó plasmada en los años que trabajó para Cruz Roja y en su trayectoria como concejal en nuestro Ayuntamiento.
En ambos desempeños siempre fue valorado por todos los vecinos muy bien, en política incluso por quienes tenían otra ideología. Una prueba de lo que digo es que pocos políticos locales han permanecido en activo tanto tiempo como él y las únicas razones que le encuentro a ese hecho tan significativo es que hay una gran diferencia entre subirse al carro para buscar algo a cambio (abandonando cuando no lo consigo o cuando ya recibí el premio, que los hubo), buscar sólo el servir al pueblo desde sus ideales (él y unos pocos de otros colores) y retirarte cuando consideras que ha llegado tu momento y no porque considerara el partido que no le servías adecuadamente (su caso y otros cuantos).
Las cosas que he recordado tuvieron lugar porque su bondad fue grande y ella lo llevaba a actuar siempre en la dirección acertada, si llegaba al bar a tomar una copa y no estaban sus íntimos amigos él no tenía problemas para arrimarse a cualquier grupo que en ese momento hubiera porque era recibido con los brazos abiertos.
Un día coincidimos en el bar “Tropezón”, él estaba alternando con sus amigos en un extremo de la barra, junto al teléfono, y yo con mi junta en la otra punta, junto a la puerta de la calle. Con nosotros estaba Adriano Jiménez MendozaEl Chápiro” y Juanito, que tenía unas ocurrencias geniales, cuando fue requerido por la peña de Pepe para que les llenara otra ronda, al hacerlo, se le ocurrió darles una broma y para ello les comunicó esta noticia:
- Esta ronda la paga Adriano, el primo de Pepe.
Juanito me comentó unos días después que él nunca se podía imaginar que aquella broma iba a desembocar en el resultado final tan gracioso que tuvo. 
Como Pepe no iba por la vida con la guardia montada y sí muy relajado y confiado, pues por eso le ocurrió esta anécdota tan graciosa.
Él, al recibir la noticia de que los invitaba su primo Adriano, consideró que debía darle las gracias por su gesto, para hacerlo fue hasta nosotros y le dijo:
- ¡¡¡Muchas gracias primo, has sido muy amable!!!
Adriano, que no sabía de qué le hablaba, le preguntó:
- ¿Por qué me das la gracias primo? ¿Qué he hecho yo para eso?
- Nos ha dicho Juanito que habías invitado a la peña de amigos a una ronda.
- ¡¡¡Eso es mentira, yo no he invitado a nadie!!!
Adriano comenzó a llamar a Juanito a voces para que viniera hasta nosotros y así poder aclararle a Pepe que eso no era verdad, Juanito se alejó en dirección contraria riéndose y entonces nos percatamos de que todo había sido una broma de las suyas.
Cuando Pepe se dio cuenta del montaje de su amigo Juanito se mondó de risa y, desde entonces, cuando nos acordábamos de aquella escena nos carcajeábamos de lo lindo. Esta faceta también la tenía aprobada él porque, en vez de ofenderse, pasó a divertirse con lo ocurrido.
Gracias por tu ejemplo, por los momentos agradables que compartimos y por lo bueno que recibí de ti.
¡¡¡Hasta siempre, allá donde estés!!!


Paco Pérez

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