Colaboración de José Martínez Ramírez
Cuando
de pequeños nuestros profes nos hacían esta pregunta en el colegio para ver qué
grado de “acemilismo” teníamos les contestábamos
incluso con cierta alegría porque ignorábamos lo que nos esperaba cuando el
verdadero telón del teatro en el que nos habían metido se abriera.
Días
atrás José Ramón nos hablaba de la relatividad moral, es buena gente y a
los sinvergüenzas, escuerzos -no sé
cómo nombrarlos-, los refería así.
Yo
como soy diferente y con bastante más mala follá que él, los llamo por su
nombre: Valientes hijos de las siete mil
putas, por ejemplo.
Los
gobiernos para agradar a los colectivos, por pequeños que sean, ponen en vigor
leyes que considero ridículas y risibles. Actúan así, entre otros motivos, para
captar votos. Los pastores llevan a los rebaños a pastar a los prados mas
verdes, las ovejas balan la mar de contentas y mueven el rabo. Churras y
merinas por igual. Por ejemplo, la ley que prohíbe las corridas de toros en
Cataluña. Alegaron para aprobar esta prohibición que éstos sufren mucho.
Dígame
usted, señor antitaurino lo bien que se lo pasan cien kilos de boquerones dándole
bocanadas al viento cuando los pescadores los sacan de su elemento, o los
camarones, o los pollos que hay en las vitrinas de los grandes centros
comerciales y así un largo etc. de bichos. Y no me hable de la capacidad de
entender el dolor de cada especie.
¿No le parece que quedan por hacer cosas que
son bastante más urgentes?
Pongamos
algunos ejemplos:
1.-
Por la ley antitabaco se prohíbe a
un aceitunero con cincuenta años o más, que ya ha pasado más que un nazareno
durante su vida, fumarse un cigarro en un bar mientras se bebe un vino al
terminar su jornada laboral.
2.-
¿Es delito conducir con dos fresquitos
en nuestros agradecidos estómagos?
Aun
así y conociendo lo anterior tengo que gritar… ¡¡¡¡VIVA SAN MARCOS!!!!
3.-
La ley del menor obliga a los
funcionarios a tomar manifestación a los imberbes en presencia de su padre, tutor
o de la madre que lo parió. Sin embargo les habilitan espacios urbanos para que
celebren el botellón y se claven el ron o el güisqui sin pestañear. Se me
olvidaba, acompañándolos de un porrillo y así ya no les falta de naíca.
También
permite que los asesinos se rían de España entera. Todos conocemos el CASO de Marta
del Castillo, al RAFITA, etc. y no pasa nada a los presuntos, salvo el sufrimiento que
provocan a muchas personas afectadas y la indignación de otras muchas.
4.-
En la ley de violencia de genero las
hay que, en connivencia con el amado, simulan malos tratos para trincar las
ayudas. Las hay que denuncian al jumento porque ha cogido una tranca con los
amigos y ha llegado a casa cantando “La bien pagá” a las cinco de la mañana.
Otras denuncian y, en menos de veinticuatro horas, lo tienen de nuevo clavado
como una lezna entre las curvaturas más voluptuosas de sus preciosos cuerpos. Cuando
lo hizo tuvo un arrebato de ira la mujer pero ya lo ha perdonado.
Por
desgracia para ellas hay verdaderos violentos y los seguirá habiendo mientras
la condición humana no logre cambiar a través de la sabiduría. Hay quienes
piensan que su mujer es sólo SUYA y lo hacen siempre desde el prisma sexual, o
sea, que si la mira otro porque la tía está como un tren pues eso lo
interpretan como una violación. A veces ocurre que un amigo de ambos le dice lo
guapa que está, en el domicilio sufre un arrebato de celos y le da un felpón.
Así
que esta ley, como la que regula el consumo de drogas, es errónea. Pero claro,
a ver quien legisla la correcta para que el rebaño paste contento y mueva el
rabo.
No
me extiendo, me revienta dar la paliza. Así que mi respuesta es escueta pero
creo que entendible.
¡¡¡¡QUIERO
SER JUBILADO A LOS TREINTA!!!!
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