Colaboración de Jacinto Cobo Moreno
Capítulo I
Con
esta exposición sólo pretendo una cosa, poner en conocimiento del lector el
gran valor del alperujo. Soy consciente de que este producto es conocido por
todos pero también sé que no es valorado en su justa medida.
Esta
información, para no cansaros, la desgranaré en tres capítulos y con ellos
intentaré que reflexionemos y que pongamos en valor este subproducto de la
aceituna.
¿Qué es el alperujo?
Todo
aquello que resta de la aceituna molturada, una vez separado el aceite, y es una
mezcla de: aguas de vegetación o alpechines;
partes sólidas de la aceituna, como el hueso,
el mesocarpio y
la piel;
y restos grasos.
Surge
de los nuevos sistemas de molturación por centrifugación de
dos fases y supuso una revolución puesto que es un nuevo subproducto de las
almazaras, con humedades muy altas y de difícil manejo.
Conocer
sus características físico-químicas y orgánicas nos ayudarán a conocerlo mejor:
Muestra
un alto contenido en agua (56%), un pH ácido (5,4) y un elevado contenido en
materia orgánica (91%), gran parte de ella de naturaleza lígnica (35%). Además,
tiene un elevado contenido graso (10%) y polifenoles hidrosolubles (0.9%),
fracciones que le otorgan propiedades fitotóxicas. Presenta también un notable
contenido de nitrógeno total (NT), en su gran parte orgánico, lo que unido a su
alto contenido en carbono orgánico total (COT) resulta en una también elevada
relación COT/NT. El contenido en potasio (K) es relativamente bajo considerando
los valores reconocidos en el alperujo, mostrando también bajos contenidos de fósforo
(P), micronutrientes y metales pesados.
El
cultivo del olivo y, especialmente, la actividad de la industria oleícola
asociada tienen una gran importancia económica y social en los países de la
Cuenca Mediterránea, siendo España el principal país productor a nivel
mundial. Este sector genera, además, una gran cantidad de residuos y subproductos
con un alto potencial de impacto ambiental, por lo que deben de ser gestionados
de la forma más adecuada.
PRODUCCIÓN DEL ACEITE DE OLIVA EN ESPAÑA (AAO,
2010)
PROCESO EXTRACTIVO DEL ACEITE DE OLIVA MEDIANTE EL
SISTEMA DE DOS FASES: GENERACIÓN DE RESIDUOS Y SUBPRODUCTOS.
En
la década de los setenta, el sistema de prensa (sistema discontinuo que
resultaba poco racional y operativo ya que conseguía rendimientos horarios
bajos, precisaba de más mano de obra y, por lo general, la limpieza e higiene
eran difíciles de conseguir) se sustituyó por las nuevas técnicas de
centrifugación en sistema continuo.
En
este sistema (centrífugas de tres fases), la correcta separación de la fase
sólida (orujo de oliva) de las líquidas (aceite y alpechín) se realiza mediante
la adición de agua a la pasta de aceituna con el fin de fluidificarla y lograr
así un funcionamiento óptimo de la centrífuga, si bien se incrementa el consumo
de agua y, sobre todo, también el vertido final de alpechín, principal
inconveniente de este sistema de extracción debido a su elevada carga
contaminante.
El
sector intentó paliar la problemática generada por el alpechín, buscando
medios para su aprovechamiento y depuración, si bien no fueron considerados
suficientemente eficaces ni económicamente viables, razón por la cual esta
técnica de elaboración evolucionó en el sentido de diseñar instalaciones
capaces de funcionar con el menor caudal posible de agua de fluidificación de
la pasta.
Así,
a finales de la campaña oleícola 1991-92 se presentó el nuevo sistema de centrifugación
de dos fases, también llamado “ecológico”, que efectúa la separación del aceite
sin adición de agua al decánter o con una adición mínima, dependiendo de la
humedad de la aceituna a tratar. Actualmente más del 90% de las almazaras en
España operan con este sistema.
Entre las ventajas de este
nuevo sistema de extracción, cabe señalar que permite obtener un aceite
cualitativamente superior debido a su mayor contenido en agentes antioxidantes,
lo que le otorga una mayor estabilidad frente a los fenómenos oxidativos, consigue
un caudal de trabajo similar o superior al de tres fases y una importante
reducción del consumo de agua (65-70%), con el consiguiente
ahorro en energía de calefacción. Sin embargo, la ventaja más importante de
este sistema es que no genera
alpechín,
reduciéndose el efluente acuoso generado básicamente al agua de lavado de los
aceites y, en menor cuantía, al agua de lavado de las aceitunas y limpieza
general de la maquinaria, originando como único residuo el orujo de dos fases,
también llamado alperujo.
Los
principales inconvenientes del sistema de dos fases son: El aumento considerable
del volumen de orujo producido, debido a la incorporación de la fracción
acuosa, así como el manejo y aprovechamiento del mismo y la gran abundancia de sólidos
finos y compuestos tales como azúcares, ácidos orgánicos y polialcoholes, le
otorgan al alperujo una excesiva fluidez que se traduce en problemas
para su almacenamiento, transporte y secado, de modo que el almacenamiento
tradicional del orujo en superficies abiertas ha tenido que sustituirse por el
vertido en balsas, mientras que para su transporte interno las cintas
transportadoras se han sustituido por tornillos sinfines cerrados o cintas de
cangilones y, para el externo, se deben utilizar camiones con cajas selladas o
tipo cuba.
GESTIÓN Y APROVECHAMIENTO DEL ALPERUJO
El alperujo se emplea para obtener aceite mediante una segunda
centrifugación que, al tratarse de un método mecánico en frío, genera un aceite
homologado al de primera extracción, si bien es necesario su refinado previo
para el consumo. Las especiales características del alperujo repercuten
también negativamente en el proceso de extracción química del aceite que
contiene (principal destino del alperujo), ya que para conseguir el máximo
rendimiento debe secarse hasta valores próximos al 8-10 %. La presencia
fundamentalmente de azúcares, que en el sistema de tres fases se quedaban en el
alpechín, determina que éstos se caramelicen en los secaderos como consecuencia
de las altas temperaturas, apelmazando la masa de alperujo y formando
bolas que se secan sólo superficialmente, lo que incide negativamente en el
proceso de reducción de la humedad. Además, los componentes orgánicos
solidificados en el alperujo seco crean películas envolventes que
impiden o dificultan el paso del disolvente, originando problemas de
percolación que redundan en peores agotamientos. Por otra parte, durante el proceso
de evaporación en los extractores, el vapor abre vías selectivas donde se
acumulan bolsas de hexano sin evaporar, con el consiguiente riesgo de explosión
al descargar el extractor.
Toda
esta problemática ha obligado a las orujeras a realizar costosas modificaciones
en sus instalaciones, para adaptarse a las características del nuevo residuo
generado por la implantación del sistema de extracción de dos fases. Además, la
detección de hidrocarburos policíclicos aromáticos en el aceite extraído del
alperujo por vía química, ha obligado a un estricto refinado del mismo, lo que
ha incrementado los costes de producción.
La
alternativa de aprovechamiento energético de los subproductos y residuos del
olivar está afianzada en el sector, al beneficiarse de las primas por la
producción de energía eléctrica a partir de fuentes renovables. Se ha estimado
que tales subproductos en Andalucía (cultivo e industria extractiva) aportan un
38% del potencial total de la biomasa generada, pudiéndose estimar su potencial
energético en 1.300.000 tep/año (toneladas equivalentes de petróleo) o 15.119
millones de KWh.
El
aprovechamiento energético contempla la combustión directa del orujillo y del
hueso de aceituna (se pueden quemar directamente en calderas para la obtención
de energía térmica), la generación de energía eléctrica en ciclos de vapor (a
partir de orujo húmedo, graso o desengrasado, orujo seco u orujillo que se
queman para producir vapor, con el que se genera electricidad mediante
turbinas), la metanización por procedimientos de digestión anaeróbica y la
gasificación que utiliza orujo seco, orujillo o hueso. Algunas industrias del
sector suelen utilizar la cogeneración en su proceso productivo, bien mediante
motor alternativo o turbina de gas, generando de forma simultánea energía
eléctrica y térmica y aprovechando esta última en el secado del orujo.
A
parte de la utilización energética, otras vías alternativas para el
aprovechamiento del alperujo se basan en ensayos para evaluar su
empleo en alimentación animal, para aplicación directa al suelo determinando
sus efectos sobre las propiedades del mismo, como enmienda orgánica en el
control de la erosión y como sustrato para la producción de hongos comestibles.
Igualmente, se ha estudiado la viabilidad de este material como fuente de
hemicelulosas mediante tratamiento alcalino para su uso como agentes espesantes,
estabilizadores o emulsionantes de uso en cosméticos y en la industria
farmacéutica y alimentaria.
Por último, pero no por su
escaso interés, debe citarse el aprovechamiento del alperujo mediante la
utilización de procesos biológicos,
como el vermicompostaje y el compostaje. En particular,
el compostaje está especialmente indicado para zonas geográficas mal
comunicadas, con elevados costes de transporte del alperujo hasta las
extractoras, y es particularmente interesante para elaborar abonos orgánicos, utilizables
en las propias explotaciones de olivo ecológico, ya que éstas soportan los
elevados costes derivados de la utilización de abonos producidos a partir de
materias primas “limpias” procedentes de explotaciones ecológicas agrícolas y
ganaderas. Esta forma de aprovechamiento del alperujo se ha extendido
notablemente en Andalucía durante los últimos años, siendo cada vez más
frecuente que las propias almazaras que procesan la aceituna de cultivo
ecológico, sometan el alperujo a técnicas de compostaje crecientemente
perfeccionadas, a fin de transformarlo en abonos orgánicos de calidad para su
propio autoconsumo. Además, en el 2005, se estudiaron
las características húmicas de los composts de alperujo, de evidente
interés por tratarse de materiales con un alto contenido en materia orgánica y
también, ensayos recientes han demostrado la utilidad del uso de extractos
solubles de composts de alperujo en el cultivo de leguminosas de alto
interés tanto forrajero como forestal.
De
este modo, los composts de alperujo pueden ser una excelente materia
prima para la obtención de enmiendas y abonos orgánicos tanto en sus formas
sólidas como líquidas de cara a una futura producción a escala industrial, fundamentalmente
por su elevado contenido en materia orgánica (con un alto grado de
humificación), su estabilidad y sus contenidos minerales.
En
la actualidad se están llevando a cabo numerosas acciones con el objetivo de
promocionar el compostaje de alperujo.
La
evolución de la cantidad de alperujo compostado desde 2002 hasta la
fecha ha experimentado un crecimiento exponencial, alcanzando en 2009 una cifra
superior a 50 000 toneladas en toda Andalucía. En su mayoría se está
compostando en pequeñas o medianas plantas situadas en terrenos propios de las
almazaras. Constan de una superficie impermeabilizada generalmente en hormigón
armado para prevenir una posible contaminación de suelos y acuíferos.
El alperujo se mezcla con la propia hoja de olivo procedente de la
limpieza de la aceituna, para darle estructura y se añade por lo general
estiércol para mejorar su contenido en nitrógeno. Se emplean sistemas de
compostaje sencillos, abiertos y empleando los volteos mecánicos para airear
las pilas.
Una
vez compostado, el destino habitual del compost es incorporarlo
en las entrecalles de los olivares asociados a las propias almazaras. Esta práctica
ha provocado beneficios tanto a medio como a largo plazo relacionados con el
aporte de materia orgánica estable (más patentes en suelos pobres en materia
orgánica, como son en general los de los olivares andaluces). Además, se ha
cuantificado que producir compost de alperujo en la cantidad
necesaria para reponer el N, P y K retirado con la cosecha cuesta menos de la
mitad que los fertilizantes químicos, individuales y combinados que actualmente
son más utilizados.
REFLEXIONES FINALES
Como
vemos, son múltiples las aplicaciones del alperujo, desde la producción de
electricidad o calor en sus distintas formas, hasta el compostaje. Sin embargo,
la aplicación o utilización principal es enviarlo a las orujeras, donde se
encargan de ponerlo en valor, para beneficio propio, no quedanles a las
almazaras nada, o si, a muchas de ellas les cuesta el pago del transporte del
mismo hasta las orujeras.
En
el próximo capítulo razonaremos como se puede poner en valor el alperujo en las
propias almazaras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario