Colaboración de José Martínez Ramírez
Con
este título genérico voy a ir publicando todos aquellos poemas que mi
imaginación, cargada de ilusión escribana, va depositando con la ayuda de mi
pluma en un folio blanco e inmaculado.
Quiero
destacar, para evitar confusiones, que todas las “Damas de noche” que ya he escrito, y las que escriba en el futuro,
son inventiva pura y cualquier semejanza con la realidad es y será pura
coincidencia.
SOÑANDO,
SE ME FUE LA JUVENTUD
Soñando
entre luces azules y rojas,
casi
sin querer, me dejé la juventud,
llenaban
mi espacio de aroma de hojas.
Volvía
la cara y el alma, en su quietud,
se
escapaba, quedándose a su lado por horas,
las
miraba a los ojos de frente, con lentitud.
Por
un instante y en cada brisa, pelirrojas,
negras,
rubias o blancas te quitaban la salud.
Se
dibujaba un viento de nata por si mojas,
flores
de arena, madera de mi ataúd.
Colinas
coloreadas de ocres, al olvido arrojas,
oscura
y desgarrada aquella esclavitud.
El
viento escapa de los siglos, milhojas,
de
inquietud. Henchida la ardiente flor de plenitud,
sientes
un escalofrío, cuando las flores
deshojas,
de
lunas y olvidos y música entre la multitud.
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