JUNTO AL MALECÓN
Colaboración de José Martínez Ramírez
Ajena
al paso de las agujas del reloj,
siguió
su camino temiendo a la noche.
Mientras
hacía guardia junto al malecón,
quien
prende en su mano aquel broche
de
pétalos de olvido, mecidos por el guión
de los vientos de todas las primaveras. Porque
la
busca para pedirle amor pero es carbón,
o
tinieblas, lo que su corazón esconde.
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