Colaboración de Paco Pérez
Un
día navegaba por las redes y en un portal que visito con frecuencia encontré un
escrito que me gustó mucho, hace ya algunos años de ello, y lo descargué. Durante
este tiempo ha dormido la siesta en una carpeta del ordenador y hace unas
fechas, limpiando de cosas no válidas una de ellas, me topé con él, volví a
releerlo y una vez más me agradaron los planteamientos que su autor exponía
para intentar ayudar, con su forma particular de ver la vida, a las personas
que pudieran encontrarse algo atascadas en lo inútil del pensamiento, es decir,
lo que nos genera problemas.
Yo
me limito a proponerles la lectura del texto, tal y como él lo desarrolló:
DOCE COSAS QUE LA GENTE FELIZ HACE DE OTRA FORMA Y
POR QUÉ EMPECÉ A HACERLAS YO
AUTOR: Jacb Sokol
Mucha
gente sufre crisis existenciales. Yo tuve una hace unos años, cuando cumplí 24.
No sentí el impulso compulsivo de comprarme un Mustang rojo o una guitarra
eléctrica, pero un día, mientras la alarma de mi iPhone sonaba temprano para ir
a trabajar, en mi apartamento de dos habitaciones en Nueva York, me pregunté:
-
¿Lo tengo todo o no tengo nada?
Mi
instinto me decía que tenía que haber algo más en la vida que la carrera de
ratas en la que yo participaba (como
consultor de nuevas tecnologías). Pero no estaba seguro de qué era o de a
quién acudir en busca de sabiduría más allá de The Matrix.
Decidí
embarcarme en un viaje para averiguarlo. Dejé mi trabajo, minimicé mis gastos,
me fui a Hawái y me puse en serio (de
una forma un tanto salvaje) a averiguar qué me pone en la vida. Descubrí
que hay un montón de gente como yo, jóvenes con energía, intensos, orientados a
objetivos, pero frustrados con el status
quo y un poco asustados por nuestras perspectivas de futuro. Decidí
dedicar mi vida a buscar la sabiduría necesaria para llegar a tener vidas
extraordinarias y el sentimiento de que tiene sentido vivir en un mundo de
inmensa incertidumbre.
Muy
al principio, me encontré con esta cita de Dan
Millman: [Siempre había creído que una vida de calidad, disfrute y sabiduría, era un
derecho adquirido al nacer y que me sería otorgado automáticamente con el
tiempo. Nunca sospeché que tendría que aprender cómo vivir, que había
disciplinas específicas y formas de ver el mundo que tenía que dominar antes de
despertarme hacia una vida simple, feliz, sin complicaciones.]
Ese
es un resumen de dónde estaba yo y qué estaba descubriendo. No podía esperar a
que la felicidad y la satisfacción me encontrasen; tenía que crearlas yo mismo. Así que desde
entonces he estado dedicándome a eso y haciendo de coach para que otros también
lo consigan.
Unas
de las cosas más chulas que descubrí al principio son las 12 cosas que la gente feliz hace de forma distinta al resto para
aumentar sus niveles de felicidad, según los estudios de la psicóloga positivista Sonja Lyubomirsky. Aquí os dejo
una docena de cosas que cualquiera de nosotros, a cualquier edad o en cualquier
etapa de la vida, puede empezar a hacer hoy para sentirse más feliz:
1.-
Manifiesta tu gratitud. Cuando aprecias lo que tienes, esto gana en valor.
Mola
¿no? Así que, básicamente, estar agradecido por las cosas maravillosas que es
evidente que ya tienes en tu vida te proporcionará un sentido más profundo de
la felicidad. Y eso sin tener que salir de casa ni comprar nada. Tiene sentido.
Nos va a costar mucho ser feliz en algún momento si no estamos agradecidos por
lo que ya tenemos.
2.-
Cultiva el optimismo.
Los
ganadores tienen la capacidad de fabricarse su propio optimismo. No importa
cuál sea la situación, la diva con éxito es la que siempre encuentra la forma
de ponerle un toque de optimismo. Solo contempla el fracaso como una oportunidad
para crecer y aprender nuevas enseñanzas de la vida. La gente optimista ve el
mundo como un lugar repleto de oportunidades infinitas, especialmente en cuanto
al número de intentos.
3.-
Evita darle vueltas a las cosas y las
comparaciones sociales.
Compararte
con otra persona puede ser venenoso. Si de alguna forma
somos mejores que la persona con la que nos comparamos, eso nos da un
sentido de superioridad insano. Nuestro ego se infla
-BOOM-
y sale nuestro Kanye West interior. Si somos peores que con quien nos
comparamos, solemos desmerecer el trabajo duro que hemos hecho y el progreso
que hemos conseguido. Este tipo de comparaciones no surgen de un lugar sano. Si
te sientes inclinado a compararte con alguien, compárate contigo mismo hace un
tiempo.
4.-
Sé amable. Realizar actos amables libera serotonina en el cerebro.
(La
serotonina es una substancia que proporciona beneficios médicos TREMENDOS,
incluida la capacidad de hacernos más felices). Ayudar a alguien de forma
desinteresada es una forma super poderosa de sentirse bien. Lo que es aún más
guay sobre estos brotes de bondad es que no sólo nos hacen sentir bien a
nosotros mismos, sino también a quien los observa… ¿A que es extraordinario?
Una
nota: lo que hacen los antidepresivos es liberar más serotonina. Échate a un
lado, Pfizer, la amabilidad te va a comer el terreno.
5.-
Cuida las relaciones sociales.
La
gente más feliz del planeta son los que tienen relaciones importantes y
profundas. ¿Sabes que hay estudios que muestran que los índices de mortalidad
son el doble de altos para la gente que se siente sola?
¡HALA!
Hay un sentimiento de calidez que viene de tener un círculo activo de buenos
amigos con quienes compartir tus experiencias. Nos sentimos conectados y parte
de algo con más importancia que nuestras existencias solitarias.
6.-
Desarrolla estrategias para poder con
todo. Cómo respondes a los malos momentos define tu carácter.
Algunas
veces pasan cosas malas, es inevitable. Forrest Gump lo sabe bien. Puede ser
difícil salir con respuestas creativas en el momento en el que el estiércol se
acerca al ventilador. Tener estrategias sanas ya ensayadas y listas en tu
arsenal puede ser de gran ayuda.
7.-
Aprende a perdonar. Albergar sentimientos de odio es nefasto para tu bienestar.
Tu
cerebro no sabe la diferencia entre emociones pasadas o presentes. Cuando odias
a alguien, piensas continuamente en eso, y estas emociones negativas son
tóxicas para tu bienestar. Te pones en un estado
de chunguismo (término técnico) que te acompaña todo el día.
8.-
Aumenta el fluir.
Se
trata de ese estado en el que parece que el tiempo se ha parado. Ocurre cuando
estás tan concentrado en lo que estás haciendo que tu tarea y tú os convertís
en uno. La acción y la conciencia se han fundido. No tienes hambre, ni sueño,
ni emociones. Estás profundamente sumergido en la actividad que estás haciendo.
Nada te distrae ni compite por tu atención.
9.-
Saborea las alegrías de la vida.
La
felicidad profunda no puede existir sin frenar un poco para disfrutar de la
alegría. En un mundo con estímulos salvajes y movimientos omnipresentes es
fácil olvidar abrazar las experiencias agradables de la vida. Cuando no las
apreciamos, robamos la magia al momento. Las cosas más sencillas de la vida
pueden ser las más gratificantes si recordamos disfrutarlas al máximo.
10.-
Comprométete con tus objetivos.
Dedicarse
con entusiasmo a hacer algo viene equipado de serie con una fuerza inefable.
Ocurren cosas mágicas cuando nos comprometemos a hacer algo cueste lo que
cueste. Cuando estás totalmente comprometido, no tienes más opción que hacerlo.
Al contrario de lo que pueda parecer, no tener otra opción -por lo que no
puedes cambiar de opinión- de forma subconsciente nos hace más felices porque
así descubrimos parte del sentido de nuestra vida.
11.-
Practica la espiritualidad.
Si
somos espirituales o religiosos, reconocemos que la vida es más grande que
nosotros. Abandonamos la idea tonta de que somos lo más poderoso que ha
existido nunca. Nos permite conectar con el origen de la creación y nos
conectamos con todo lo que existe. Algunas de las personas más completas que
conozco sienten que están aquí trabajando en algo para lo que “han sido llamados”.
12.-
Cuida tu cuerpo.
Cuidar
tu cuerpo es crucial para ser la persona más feliz que puedas ser. Si no tienes
tu energía física en forma, entonces
tu
energía mental (tu concentración), tu energía emocional (tus
sentimientos) y tu energía espiritual (el sentido de tu vida) se verán afectados
negativamente.
¿Sabías que estudios llevados a cabo con personas diagnosticadas con depresión muestran que el ejercicio regular aumenta los niveles de felicidad tanto como el Zoloft?
No
solo eso, sino que seis meses después, la gente que seguía haciendo ejercicio tenía muchas
menos probabilidades de recaer porque tenían un nivel más alto de
superación personal y autoestima.
Así
que ahí lo tienes. No hacen falta coches nuevos o chaquetas de cuero, sino sabiduría basada en estudios científicos para conseguir ser feliz a largo plazo.
Todas estas cosas las puedes empezar a hacer hoy -con o sin un cambio de
trabajo- así que espero que elijas una cosa y te comprometas a cumplirla.
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