Colaboración de Paco Pérez
Los datos biográficos sobre este personaje histórico local, y las fotos, son
gentileza de uno de sus nietos, Tomás Lendínez García “El Pulguito”, también “El
Tío Calambres”.
Cuando
se hablaba, o habla, en Villargordo de Tomás
García Ciprián la mayoría de los
villargordeños damos por sentado, yo me cuento entre ellos porque también lo
creía así, que nació en nuestro pueblo pero la realidad es que su verdadero
origen estaba lejos del lugar donde desarrolló la mayor parte de su vida
laboral y familiar. Él fue un manchego que
nació en 1873 en Campo de Criptana
(Ciudad Real) pero, por las circunstancias particulares que a cada familia
o persona le toca vivir, se trasladó a nuestro pueblo siendo un jovenzuelo y unos
años después se casó con Asunción.
No
me aclaró el nieto si su venida estuvo motivada porque en nuestro pueblo vivían
unos familiares o que éstos vinieron detrás de él, me refiero a D. Miguel
Torres Ciprián y su familia.
Éste
estudió en la Universidad de Granada, siendo
número uno en sus estudios, se licenció en medicina y después hizo la
especialidad de cirugía. Cuando
ejerció como médico en nuestro pueblo fue muy reconocido por los de su
profesión y alcanzó mucha fama entre los villargordeños y las gentes de otros
lugares. Este doctor y Tomás fueron primos hermanos.
En
unos cuantos años Tomás se convirtió
en un villargordeño más que, para quienes no lo conocían, lo era más que el que
más.
Cuando
el señor Tomás se hizo mayor tuvo
que hacer el Servicio Militar, se
incorporó a filas para cumplir con su deber hacía la patria y lo hizo en Zamora.
Parece
ser que cuando venía de permiso por el pueblo siempre contaba a los amigos cómo
era su vida allí: Lo bien que se lo pasaba en aquella ciudad, la novia tan
guapa que tenía, los buenos amigos que había encontrado en aquella tierra…
Cuando regresó al pueblo de manera definitiva, por haberse licenciado, continuó
hablando de los mismos temas y la gente ya se sentía cansada de escucharle con
tanta insistencia de lo mismo y, como se repetía más que la “morcilla frita”,
los cabreó y un día uno de sus amigos le dijo:
-
¡¡¡Zamora, deja ya de contarnos las
mismas cosas!!!
Como
suele ocurrir siempre, lo que empieza de una manera acaba con el tiempo de
otra. En este caso de “Zamora” el APODO evolucionó y se quedó ya, de
manera definitiva, en “ZAMORITA”.
Cuentan
los mayores que fue un comerciante de éxito en cuyo establecimiento se podía
encontrar cualquier producto que se necesitara de ferretería, alimentación,
tejidos…
Además
de su actividad comercial también pasó a la historia local por ser un buen alcalde y, durante su gestión municipal
se dieron los primeros pasos para que el Cementerio,
con la ayuda de D. Ángel Méndez Orbegozo,
pasara a ser un lugar digno; también construyó el reloj del Ayuntamiento, en
cuyo solar se ubica ahora el Centro de
Salud…
Tomás García
Ciprián “Zamorita” murió el 21 de julio de 1948,
con 75 años.
Un
año después la familia imprimió este recordatorio para invitarlos a la misa que
se celebraría por su alma el 29 de julio de 1949.
Después
de su muerte el comercio lo heredó su hijo Tomás
pero fue Angelita Jiménez, su nuera, la que siguió haciéndole funcionar al
negocio. Poco a poco decreció la fuerza que le dotó él. Después tomó el mando
su nieto José Luís mejorando la trayectoria y ha sido su biznieto Pedro Tomás
quien ha vuelto a poner el negocio en un nivel muy elevado.
Muy buen artículo. Siempre es bueno saber algo de tus ancestros.
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