Colaboración de José Martínez Ramírez
Hemos
vendido el alma al diablo,
besado
el pezón a una mulata
y
llegado a casa de madrugada,
después
de viajar a Venus borrachos.
Alguna
vez hemos visto un gabacho,
hemos
tomado fresas con nata
y
soñando con la boca de una ingrata
pensando
que somos muy machos.
Pero
yo creo que sólo somos cachos
de
otros que no existen, piratas
ladrones
de sueños, nuestra sonata
extraña
y única, sólo seres humanos.
Alguna
vez, incluso hemos pensado
en
quitarle en el coche el tanga
a
una rubia inmadura, poco sensata,
y
buscarle la ruina a un casado.
O
dejar al novio en el altar plantado
e
irnos a Cuba juntas a dar la lata
pero,
por culpa de la maldita plata,
nunca
lo hemos llevado a cabo.
Así
yo creo que sólo somos cachos
de
otros que no existen, piratas
ladrones
de sueños, nuestra sonata
extraña
y única, sólo seres humanos.
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