sábado, 25 de julio de 2020

DIOS SIEMPRE ESCUCHA…


Colaboración de Paco Pérez
Y NOS MUESTRA “EL REINO”
En todos los momentos históricos Dios siempre está pendiente de nosotros, aunque no nos percatemos, y lo hace con formatos diferentes. En la época de los “Reyes de Israel” les manifestaba sus deseos por mediación de los profetas y también lo hacía hablando a las personas o en los sueños.
En el pasado también había intrigas palaciegas y una prueba de ello la tenemos en aquella que culminó proclamado a Salomón rey con sólo 14 años y, como es lógico, a esa temprana edad él se sintió preocupado por la responsabilidad de tener que gobernar a su pueblo. Dios lo escuchó, no lo abandonó en esa dura situación y se le apareció mientras dormía para ayudarle, por eso le comunicó que le pidiera lo que deseara. Lo llamativo de este hecho histórico estuvo en la respuesta tan acertada que Salomón, siendo tan joven, le dio y a Él le agradó mucho escucharla pues estaba limpia de los egoísmos que tanto están presentes en las personas.

Su petición se la concedió en un grado máximo, hasta el punto de que ninguna otra persona, anterior o posterior a él, lo superaría en responsabilidad al gobernar pues serviría a sus gentes con “un corazón sabio e inteligente” que  le permitiría estar abierto a todos para escucharlos, comprender sus realidades y actuar después con justicia.
Pasaron los años y llegó el momento cumbre del hecho religioso con la manifestación pública de Dios a los hombres a través de Jesús. Con Él todo cambió y una muestra de ello la encontramos en las parábolas que les contaba para despertar en quienes le escuchaban la necesidad de plantearse interrogantes sobre el Reino para que así las semillas de sus enseñanzas arraigaran y dieran buenos frutos. A pesar de ello el pueblo llano no lo entendió y lo rechazaron. Los discípulos sí estuvieron a su lado, Él les explicaba el sentido de ellas, les revelaba los misterios del Reino y así fue como comprendieron su mensaje.
Las personas que encontraron el “tesoro escondido” y la “perla” nos enseñan cómo debemos reaccionar si descubrimos algún día la realidad del Reino que predicaba Jesús, por esa razón la alegría de quienes lo encuentran y la reacción de acapararlos para sí es el camino aconsejado pues el Reino es lo más valioso que podemos tener y no debemos dejar pasar la ocasión de conservarlo para siempre.
En Israel, al acabar la jornada laboral, los pescadores tenían que separar unos peces de otros pues la ley levítica les prohibía comer aquellos que no tenían escamas al ser considerados impuros y por eso los clasificaban. Partiendo de esta realidad histórica, con la parábola de la “red”, se nos muestra un anticipo de lo que ocurrirá al final de los tiempos si no mantenemos un comportamiento correcto.
Las personas que aman a Dios de verdad siempre intentan ayudar a los demás y dicho esto me pregunto… ¿Todos amamos de igual forma a Dios?
Yo creo que no y para opinar así me apoyo en una realidad: Quienes asimilan de manera perfecta el mensaje de Jesús son aquellos que lo dejan todo y lo siguen para servirlo allí dónde Él los necesita para ayudar a los más necesitados.
No dudo de que todos somos llamados pero si hay distintos grados de respuesta deberá ser porque nuestro amor hacía Él no está en los mismos niveles.
A los que Él escoge ya vienen predestinados a dar testimonio de su Hijo siendo el primogénito Él y los demás sus hermanos. Estas personas son llamadas, justificadas y glorificadas por Dios.


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