Colaboración de José Martínez
Ramírez
A la memoria del Guardia Civil D. Francisco Cañas García.
La
sangre del compañero
bañó
ardiendo su cara.
Rugía
el resuello
a
través de su garganta.
Fue
un hombre por derecho
un
capitán con espada.
Pocos
saben que fue épico
su
paso por mi España.
Los
enemigos del pueblo
aún
sueñan en su almohada,
ven
sus ojos abiertos,
sus
manos bien apretadas
de
corazón muy fiero,
muy
sensibles las entrañas.
Fuerte
con los violentos
combatió
alimañas.
Entre
el cristal y el cemento
mucha
sangre derramada.
Con
el débil fue cierto,
del
humilde fue su alma,
de
aquel hombre bueno
nos
queda hoy su espada.
De
su traje como espejo
lavado
con agua clara,
para
quien quiera un sueño
de
héroe honrado de España.
Su
canción hoy quiero
a
los vientos cantarla.
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