Colaboración de Paco Pérez
La
Biblia debe ser el punto de
referencia de la fe del cristiano porque contiene las tradiciones primeras y las que reflejan la fundación de nuestra
religión. Los evangelios son avance
sobre lo anterior y en ellos se nos muestra el poder sagrado y único de Jesús. Lo tuvo porque enseñaba con autoridad y asombraba
a quienes lo escuchaban porque no tenía estudios y los escribas sí. Esa
circunstancia no le impedía presentar siempre al pueblo la esencia de su
mensaje y lo conseguía porque lo hacía partiendo del conocimiento profundo que
tenía de Dios, por eso su palabras eran acogidas muy bien por la gente y le
llamaban Maestro.
Un
maestro, si quiere ser reconocido y respetado como tal, debe tener un poso
cultural fuerte sobre la materia que enseña, Él les mostraba el camino del “Reino de Dios” con autoridad porque
conocía a fondo lo que trataba de enseñarnos, nadie podía hacerlo mejor que su
Hijo.
En
el plano humano tener conocimientos es el primer paso para rendir en algo pero
la eclosión definitiva de la persona se produce cuando comprende perfectamente
la cultura que ha adquirido, no nos vale ser unos loritos porque después no
sabremos poner en marcha nada. Un ejemplo de este principio está en los choques
que tiene Jesús con los doctores de la ley religiosa imperante, el judaísmo. Él
no priorizaba la limpieza personal, respetar el no hacer labores en sábado y
otros costumbrismos judíos porque esa forma de pensar se debía a que consideraba
que era más urgente curar en sábado a un enfermo, dar de comer a un hambriento…
¡¡¡Eso no lo entendían los judíos!!!
Si
nos fijamos bien comprenderemos que el judaísmo es estricto en el cumplimiento de
las normas y el HOMBRE, que es el centro de la doctrina de Jesús, si caía
herido en un camino en sábado nadie podía ayudarle porque ellas lo prohibían…
¿Se comprende por qué chocaba Jesús con el PODER?
Los
marginados sociales siempre
existieron y, como es lógico, ahí también nos enseñó qué debemos hacer con
ellos.
Los
propios discípulos tampoco lo entendían porque Él les hablaba de la esencia de
su futura muerte y ellos se disputaban el puesto que deberían ocupar junto a Él
en el más allá. Como los conoce bien, les desmonta sus planes futuros
abrazando, delante de ellos, a un niño inocente… ¿Cuál es el mensaje de esta
acción?
En
aquella cultura los indefensos niños no eran tenidos en cuenta porque no podían
aportar nada como miembros de la sociedad, en ellos se cumplía el “tanto tienes, tanto vales” y de ahí que
los hombres hagan siempre lo que sea por ostentar puestos de privilegio o de
responsabilidad. Como los niños son inocentes y viven sin ambición, pues por eso se lo puso delante como el ejemplo a
seguir, tenemos que comportarnos como los niños.
La
sociedad no acostumbra a comportarse como los pequeños, siempre ha caminados
por senderos diferentes. Unos rompen los moldes para alcanzar el objetivo de
manera lícita y otros no. Cuando las personas justas argumentan de manera
razonada, a quienes no actúan bien, que ese no es el camino éstos recurren a
las garras del poder que manejan para aplastarlos o arrinconarlos. En su
momento, quienes son perseguidos por decir la verdad deberán confiar en Dios,
Éste estará a su lado y los protegerá.
La
ENVIDIA es la causante de los males
de la humanidad. En todos los grupos sociales la hubo y la habrá y ella es la
que genera los enfrentamientos que hay siempre entre los hombres porque los
lleva siempre a la AMBICIÓN sin
límites y ya hacen todo lo que les facilite alcanzar su objetivo.
Cuando
esto ocurre somos una comunidad que no da frutos porque vivimos al margen de
Dios y deberemos rectificar y tomar actitudes humildes que nos devuelvan al
buen camino, el que nos enseña Cristo con su ejemplo.
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