SER LADRÓN,
NO DEBE ACEPTARSE
Colaboración de José Carlos Castellano
Ser ladrón,
de cualquier condición,
se debe condenar.
Tomar el dinero ajeno,
honradamente ganado
y con gran sudor juntado.
Ningún ladrón haga bueno,
y se le torne veneno,
sin poderlo usar y gastar.
Se debe condenar.
Políticos enfangados
en casos de corrupción.
Aprovechando la ocasión,
de que un día fueron votados,
creerse así facultados,
para robar, robar, robar.
Se debe condenar.
Empresarios abusones,
que explotan trabajadores,
en cotidianas labores,
sin reunir las condiciones,
o mínimas atenciones,
no se debería tolerar.
Se debe condenar.
Prestamistas y usureros,
que con dinero comercian,
con gran interés sentencian,
a buscar en basureros,
a tropecientos
obreros,
para poderse alimentar.
Se debe condenar.
Trabajador no rentable,
porque fuere un incumplidor,
a empresa da flaco favor,
con trabajo poco fiable,
teniendo contrato estable,
así no debe
trabajar.
Se debe condenar.
Funcionarios del Estado,
están más tiempo de baja,
que días al año trabaja,
sin móvil justificado,
consintiéndoselo el Estado,
no se debería soportar.
Se debe condenar.
Ladrones de blanco guante,
robando a la comunidad,
en pequeño pueblo o ciudad,
que la justicia lo aguante,
sin juzgarlo en un instante,
no se debería tolerar.
Se debe condenar.
Resumiendo lo antes dicho,
si alguien se da por mentado,
atienda si ese es su
estado.
En caso de ladrón no ser,
nada, nada ha de temer.
Pero si, persona-bicho.
Ha de saber sabio-dicho,
del grande poeta Zorrilla:
"No hay plazo que no cumpla,
ni deuda que no se pague".
El ladrón su culpa cumpla,
y a toda sociedad pague.
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