Capítulo
V
Colaboración
de Paco Pérez
LA PUBLICIDAD FARMACÉUTICA…
¿NOS CURA O NOS
ENFERMA?
El
pasado 11 de marzo, el doctor Ramiro
Aguilera Tejero nos regalaba un escrito muy interesante: COLESTEROL POR DEBAJO DE 200… ¡MENUDA
BARBARIDAD!
En
él nos hacía unas reflexiones que chocaban
de plano con las noticias que se nos vendían en los medios. Estas últimas,
supongo que se habrán comenzado a divulgar para ir mentalizando al consumidor actual de “estatinas” y también al futuro afectado. Las industrias farmacéuticas lo hacen con tiempo y poco a poco, así no recelaremos
los enfermos de las nuevas dosis que se nos propondrán tomar para bajarlo aún más.
Estas novedades serán presentadas en el momento adecuado como una verdad incuestionable;
gracias a ella la población afectada, y la que no también, asimilará que en
poco tiempo seremos muchos más los dependientes de ellas y que las dosis
actuales pasarán a ser mayores que las anteriores.
Creo
que serán muy pocos los villargordeños que no conocen las cualidades
profesionales de Ramiro Aguilera Tejero
y los que no saben valorarlo cómo es en el plano humano. Yo creo, firmemente,
que es una persona con una CONCIENCIA
MORAL enorme, que por ella se rige y que ésta le empuja a comportarse, con
quienes lo necesitan, con una humanidad poco común, en el consultorio y fuera
de él. Si no tuviera esa CONCIENCIA tal
vez se hubiera limitado en este tema a conocer los descubrimientos, a reflexionar
sobre ellos, a estudiarlo en profundidad y a tomar la mejor postura en el
consultorio pero entonces hubiera actuado por RESPONSABILIDAD PROFESIONAL y no poniendo la cara, al defender la VERDAD, para que se la partieran, así
es como responde la sociedad a quienes dan la cara por el prójimo indefenso.
Por
todo eso y, de manera muy personal y subjetiva,
saqué la conclusión de que su escrito era para ponernos en guardia, a los
indefensos enfermos, sobre los peligros denunciados. Pensé así porque, sin
tener ni idea de la temática, yo había hecho ya mis observaciones y descubrimientos
sobre los efectos secundarios de las “estatinas”
en mi persona, afectaciones musculares,
y, para evitarme males mayores, todos los años dejo de tomarlas durante una
temporada, el año pasado durante más de cuatro meses y en éste ya llevo dos.
Lo
que fue una sospecha hace unas fechas, ayer
y de manera casual, se confirmó y así la catadura
moral de mi querido amigo se agrandó por decantación natural y no por
estimación subjetiva. Estando en la cafetería un amigo nerjeño llegó con un periódico
de tirada nacional, éste traía una publicación semanal, “mujerhoy”, le eché una ojeada y ahí encontré el artículo firmado
por Marisol Guisasola con el título <Colesterol: Fármacos bajo sospecha>.
Las alarmas se me dispararon, comenté a los reunidos algunos puntos de interés
y, como él no pensaba leerla, entonces optó por regalármela.
Una
vez en casa lo ley de manera reposada porque ahora tenía que confirmar las expectativas
desagradables que me había generado la rápida lectura que hice de él en la
cafetería.
RESUMEN DEL
ARTÍCULO:
<<Unos estudios recientes realizados sobre las “estatinas” alertaban a quienes toman ese medicamento prescrito por
los médicos de cabecera para evitarnos el padecer en el futuro problemas cardiovasculares
que visitáramos a esos doctores y que ahora, tal vez, los mismos doctores nos
ayudarían a prescindir de esos medicamentos para evitar sus efectos
secundarios.
Para
alertarnos se nos remite a un
informe elaborado por los doctores David
M. Diamond, profesor de Farmacología Molecular y Fisiológica de la
Universidad del Sur de Florida, y Uffe
Ravnskov, investigador independiente y experto en enfermedad cardiovascular
y colesterol. Ambos, no tienen relación con la
industria farmacéutica, han analizado diferentes estudios sobre estos
medicamentos que se vienen recetando desde hace dos décadas y han llegado a
esta conclusión: <No son tan eficaces
ni tan seguros como nos han hecho creer hasta ahora. Confirman que las
“estatinas” reducen los niveles de colesterol y que no es verdad que sea bajo
el índice de mortalidad por problemas cardiovasculares.>
Sostienen
que los estudios aportados por las industrias farmacéuticas ocultaron los muchos efectos secundarios adversos que originan y, por el
contrario, cometieron “fraude estadístico” al aumentar los
datos numéricos que hablaban de su eficacia, estos investigadores informan que las
“estatinas” reducen los riesgos en
el 1% de los pacientes que los usan y las farmacéuticas, por el contrario, aseguraron
que es del 30-50%. Con los efectos
secundarios la industria farmacéutica ha procedido
al revés, los ha minimizado y eso ha
originado que los médicos hayan recetado esos remedios durante tantos
años.
Las
COMPLICACIONES que ocasionan a los
pacientes que toman “estatinas” son
muy comunes pero en los “Congresos
Médicos” no se exponen de manera íntegra. Ejemplos: Aumento de las tasa de cáncer, cataratas, diabetes, deterioro cognitivo, trastorno
musculoesqueleéticos… >>.
¿Cuáles son los
beneficios de los pacientes?
Estos
doctores han publicado su crítica en la revista
científica Expert Review of Clinical
Pharmacology y ha provocado un revuelo enorme.
Una
empresa no tiene CONCIENCIA porque establece una
relación poco humanizada de los propietarios con sus trabajadores y con la masa
social que compra sus productos; por eso todo lo que hacen está encaminando a
que los resultados contables reflejen al finalizar el año un superávit lo más
elevado posible. Como las FARMACÉUTICAS
son una empresa pues todo lo que hacen es para ganar dinero y, aunque este
principio empresarial siempre es muy discutido por la sociedad, cuando se habla
de las industrias farmacéuticas entonces se agrava el problema porque se juega
con la cuenta de resultados y, además y deleznable, con la salud de muchas
personas.
¿Tendrán que hacer sobornos estas empresas para
que los resultados de la investigación sigan falseándose y por ello se siga
destrozando la salud de la humanidad sin pudor y sin consecuencias
administrativas para ella?
MI ESPOSA ES UNA VÍCTIMA DE LAS “ESTATINAS” Y DE
LA NEGLIGENCIA DE UN DOCTOR
Hace
unos años ya, Mari necesitó ser tratada por elevación de los niveles grasos,
colesterol y triglicéridos, en la sangre. Visitamos a un afamado nutricionista
de la capital que teníamos en el cuadro médico de nuestra compañía sanitaria.
Tras los análisis pertinentes le recetó el tratamiento que él consideró
adecuado y, antes de marcharnos, le dejaba recetada la analítica que traería cuando
volviera para la revisión a los seis meses.
Tras
varias visitas con esa dinámica y, como no le bajaban los índices, decidió
cambiarle el tratamiento: Le aumentó la dosis de “Estatinas” de 20 a 40 mg y,
además, la tomaría con otro fármaco de 600 mg. Por indicación mía no tomó los
40 mg porque me pareció una dosis excesiva y, tal vez, esa decisión mía fuera
su salvación.
Mari
tenía dolores de cabeza casi a diario, calambres, taquicardias… Cuando lo
visitábamos se lo comentábamos siempre y él nunca tomó una medida sería sobre
su sintomatología adversa. Así estuvimos durante varios años.
Una
afectación inesperada, además de las que ya tenía, le hacía no poder tragar el
alimento. Fuimos a un otorrino y aquel señor no observó más anomalía que una
inflamación fuerte en la faringe y esófago.
La
degradación física de Mari iba en aumento y ella decidió ir a Granada para visitar
a un doctor que estuvo trabajando en Jaén durante muchos años y con el que
manteníamos unas buenas relaciones. Le llevamos todo su historial médico, le
transmitimos la sintomatología que le afectaba, optó por mantenerle el
tratamiento que tomaba y, además, lo aumentó con un fármaco para la ansiedad.
Una solución de “cajón de sastre”,
tan usada en nuestros días por los doctores cuando no saben qué tiene el
paciente.
Después
de unos días no mejoró y sí empeoró. Una noche mantuvimos una larga conversación,
en ella me comentó que se sentía peor
desde que tomaba el nuevo medicamento y entonces ella tomó esta decisión… ¡¡¡No tomar ni una pastilla más!!!
Antes
de marcharse le prometí que haría una cosa, tomar los prospectos de los
medicamentos para comprobar sus indicaciones,
contraindicaciones e interacciones medicamentosas.
Estuve
hasta la madrugada buscando y, por fin, encontré el origen de sus problemas:
<No se podían mezclar las “estatinas”
con los 600 mg que tomó del otro
medicamento durante algún tiempo.>.
En
un documento Word redacté un informe con los resultados de mis indagaciones y
se lo mandé por E-mail al doctor de Granada… ¡¡¡Todavía estoy esperando su respuesta!!!
Estos
acontecimientos coincidieron con nuestra marcha anual a Nerja y entonces
visitamos a nuestro médico allí para que le ayudara. Él sí nos comunicó el
peligro que pasó Mari por culpa de esa interacción, pudo haber muerto. Le puso un tratamiento
totalmente natural y con él sigue, así los niveles grasos se mantienen en
unos niveles que no son preocupantes.
Aquí
hubo, a mi entender, una CONCIENCIA
PROFESIONAL baja porque no tuvo en cuenta que esos dos medicamentos no se
podían tomar mezclados. Opino así porque si
yo lo descubrí… ¿Es normal que un
profesional no lo hiciera?
Si
las contraindicaciones están en los
prospectos…
¿Pudo ser que no tuviera en cuenta la
sintomatología que afectaba a Mari porque la desconocía?
¿Cómo es posible que las industrias
farmacéuticas falseen los datos de la investigación, minimizando los que les
perjudican y aumentando los números que proclaman sus bondades?
AUSENCIA DE CONCIENCIA, MEZCLADA CON INVESTIGACIÓN
MÉDICA, AMBICIÓN, MENTIRA, HONRADEZ Y TENACIDAD
Hace
años que vi la película <EL FUGITIVO>, en ella se contempla la
temática que tratamos, LA CONCIENCIA,
y donde se comprueba cómo su ausencia lleva a las personas a realizar las
acciones que haga falta con tal de alcanzar sus objetivos. Es una historia
literaria que se basa en un hecho real: <El asesinato de una esposa, la acusación y condena de un esposo inocente,
cómo se esclarecen los hechos y así, finalmente, el inocente es liberado.>.
El
texto ilustrador lo he tomado del portal “TE
CUENTO LA PELÍCULA” y lo hago con la finalidad de ilustrar la temática:
<<El
Doctor Richard Kimble regresa a su casa tras una operación de urgencia
encontrando en ella a un extraño con una mano ortopédica, el que huye tras
pelear con él. Descubre entonces que su esposa está malherida y muere en sus
brazos, recayendo todas las sospechas sobre él, ya que sus huellas están en el
arma y en las balas, no estando forzada la puerta y no faltando nada, siendo
además beneficiario de una cuantiosa indemnización del seguro, por lo que es
juzgado y condenado a muerte.
Pero
durante su traslado a la penitenciaria el autobús en que va sufre un grave
accidente, tras un motín, provocando el descarrilamiento de un tren,
aprovechando Richard la confusión para huir a través del bosque mientras siendo
perseguido por Sam Gerard, un agente federal dispuesto a capturarle a toda
costa.
Acude
a un hospital donde se cura sus heridas, y se afeita, huyendo en una ambulancia
que es acorralada en un túnel, debiendo escapar a través de las cloacas, por
las que es perseguido, saltando finalmente al vacío cuando no dispone ya de
otra salida, pese a lo cual se salva.
De
vuelta a la ciudad y tras pedir dinero a su amigo Charles Nichols alquila un
cuartucho mientras en el hospital, haciéndose pasar por un empleado de la
limpieza investiga los datos de todos los usuarios de prótesis de las
características del asesino de su mujer, obteniendo una lista de cinco que
deberá depurar, estando a punto de ser atrapado en una visita que hace a uno de
ellos en la cárcel, consiguiendo finalmente huir gracias a un desfile.
Y
finalmente da con el asesino, un ex-policía relacionado con algunos
compañeros de su hospital que querían
acabar con él para evitar que hiciera públicos sus estudios sobre el Probasic, un medicamento
patentado por ellos que es un gran descubrimiento, pero que daña al hígado.
Mientras
la policía descubre su alojamiento gracias a la confesión de un drogadicto que
vivía encima de él, él sigue sus investigaciones descubriendo que las pruebas de sus investigaciones fueron
cambiadas por el que creía su mejor amigo, Charles Nichols.
Acudirá
a buscarlo, si bien es atacado en el metro por Fred Sykes, el manco, aunque
consigue reducirlo gracias a la intervención de un policía que acaba muerto por
un disparo de este.
Llega
tras ello al hotel en que Nichols da una conferencia relatando las excelencias del Probasic.
Él interrumpe su relato, para enfrentarse a él mientras el edificio es rodeado
por la policía y los federales, salvando finalmente la vida de Gerard que ya
conoce lo ocurrido, al reducir a su amigo, consiguiendo finalmente ser puesto
en libertad.>>
Si
alguien tiene algo que aportar sobre el tema lo envía y entonces se publicaría
el capítulo VI, de no haberlo se daría por cerrado el intento de reflexión
sobre la CONCIENCIA, haberlo conseguido ya es otra cuestión.
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