Colaboración de Paco Pérez
¿TORREQUEBRADILLA CAPITAL?
Capítulo I
Todas
las madres quieren mucho a sus hijos y en el caso de Juana “La Filomena” no iba a ser de otra manera. Vivía esta buena
señora en la calle Granadillos, en
la casa que actualmente es de María “La chispa”.
La
hija pequeña de Juana se llamaba Mª Carmen y, como es lógico, salía a la
calle para jugar con las niñas del barrio.
Un
día, Mª Carmen estaba muy atareada
con sus amigas mientras jugaban. Salió Juana
a la puerta, la llamó, no le respondió, cambió su estado de ánimo y esta
vez le gritó:
-
¡¡¡Mª Carmen, ven!!!
La
hija le contestó sin mirarla y, mientras lo hacía, seguía jugando:
-
¡¡¡Mama, espérate un poquillo que
estamos jugando a las “casicas”!!!
-
¿Tan interesante está el juego que no
puedes venir? – le preguntó Juana.
-
¡¡¡Sí, yo soy la criada de Josefica y
ella es la señora!!!
La
respuesta recibida le causó a Juana un
impacto tan desagradable que no aceptó lo que escuchó de su hija, entonces se
cabreó porque se imaginó que la escena del juego podía ser verdadera e
inmediatamente le dijo:
-
¡¡¡Miiiira, leeeeche, se acabóóóó. Ya
mismo te quiero ver aquí!!!
La
hija se mostró contrariada y lloriqueando le contestó así:
-
¡¡¡Maaaama, si ya mismo vamos a acabaaaar!!!
Juana
no aceptó las súplicas de su hija y le dijo:
-
¡¡¡Te he dicho que vengas ya!!! ¿Vamos a
hacer ahora a Torrequebradilla capital?
Con
esta salida Juana quería decirle a
su hija que Josefica, de inferior categoría
social que ella, debió de ser la criada y ella la señora.
Usó
a Torrequebradilla para que
comprendiera que ésta era una población más pequeña que Villargordo y que siempre seguiría siéndolo.
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