lunes, 20 de abril de 2015

LAS COSAS DE JUANA “LA FILOMENA”

PEREJILES Y BERENJENAS
Capítulo II
Era una tarde de primavera, el tiempo era espléndido y Juana “La Filomena” salió a la calle con su silla baja, buscó una zona de sombra, la acomodó, se sentó y comenzó con su labor de costura habitual, ese día tocaba zurcir los zancajos de los calcetines.
Unos minutos después salió de casa una nieta, se acercó hasta donde ella estaba y le dijo:

- Mama Juaaana… ¿Por qué no me compras tela para hacerme un vestido?
- Si tú estás apañááá… ¿No tienes pa tooos los días y pa tooos los domingos? – le contestó Juana.
- Sí, es verdad, pero he visto esta mañana a mi amiga Mariquilla que iba estrenando otro vestido nuevo y por eso va siempre tan bonica, su mama le compra muchos vestidos – lloriqueó la nieta.
Juana abandonó sus buenas formas anteriores y le respondió un poco cabreada:
- Niña mía, escucha bien lo que te voy a decir: [Por muchos “perejiles” que nos pongamos nunca dejaremos de ser unas berenjenas… ¡¡¡Y de las panzonas!!!].
La nieta, como no comprendía el mensaje que le dio la abuela, manifestó en su rostro unos claros gestos de sorpresa y le preguntó:
- Mama Juaaaana… ¿Eso qué quiere decir?
La abuela, que era muy vieja y conocía a todas las personas del pueblo, con sus luces y sus sombras, se vio sorprendida por la pregunta de la niña y trató de seguir sin decir lo que pensaba de la amiga de su nieta y de la familia. Para conseguirlo optó por darle una respuesta seca y más retorcida que la anterior:

- ¡¡¡Eso, quiere decir… eso. Y no preguntes más!!! 

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