Colaboración de Paco Pérez
PRUEBAS QUE DEBEMOS VENCER
Jesús era hombre y también
sufrió las TENTACIONES, es decir, las
pruebas que el mal nos presenta en
todo momento como algo bueno y lo hace cuando más débiles estamos, él está
siempre al acecho, como las alimañas hambrientas… ¿Quién no ha tenido o tiene tentaciones?
Éstas,
si logramos rechazarlas a tiempo, nos
fortalecerán para seguir fieles con el compromiso de trabajar por el Reino. Este logro significará que
estamos decididos a cambiar las rutinas de nuestra vida personal y así poder
implicar con nuestro ejemplo a los que nos rodeen para que también logren su
cambio.
Las
personas no debemos olvidar nunca que nuestro DESIERTO está en los obstáculos
que la VIDA nos presenta a
diario y que para nosotros también es muy importante la ayuda del ESPÍRITU, pues debemos recordar el
papel que desempeñó cuando las TENTACIONES
se presentaron en él a Jesús. Pues,
igual que le ocurrió a Él, si nos
comportamos correctamente el ESPÍRITU
siempre estará a nuestro lado para
ayudarnos… ¡¡¡Si no las deseamos realmente!!!
Digo
esto porque si me recreo con la tentación
que se me ofrece, no la rechazo de inmediato y después le presento a Dios mi instancia de persona
arrepentida en la que, además, le hago constar mi petición de perdón… ¿Será correcta esa actitud ante ella?
Las
“tentaciones” de nuestros tiempos están
encuadradas en la problemática de nuestro momento histórico y en su contexto.
No obstante, deberemos abrir bien los ojos para saber identificar qué peligros
están presentes en ellas:
1.-
Vivimos rodeados de dirigentes que
han perdido el verdadero sentido del servicio
al ciudadano, el PRÓJIMO
indefenso y necesitado. Lo hacen así porque están preocupados sólo de medrar
para subir peldaños, de trepar en la escala social… Esto tienta a muchos a
seguir ese camino y no el de Jesús, los
que llegan arriba siguen persiguiéndolo porque les estorba para cometer sus
acciones incorrectas.
Jesús murió por lo
contrario de lo que hacen ellos, diciendo siempre la VERDAD. Ellos sabemos que hacen lo contrario, enseñar a los demás a
vivir muy bien a costa de repetir las MENTIRAS
miles de veces hasta convertirlas en falsas VERDADES.
2.- El mandamiento “NO
ROBARÁS” lo han cambiado por “YO MÁS QUE LOS OTROS”, porque a nadie
le ocurre nada.
3.-
El RELATIVISMO nos está llevando a
vivir, a tope y de manera permanente, en la TENTACIÓN. Lo digo porque estamos encantados con los “programas basura” que llevan en TV
quince años con máxima audiencia, no los rechazamos al comenzar ni ahora, y así
han conseguido que los espectadores vean como algo natural la crítica, la infidelidad, la divulgación
de noticias relacionadas con la intimidad
de otras personas...
4.-
Hemos convertido el “primero yo, después
yo y siempre yo” en nuestro faro y por eso tratamos al prójimo incorrectamente.
¿Estamos dispuestos a CONVERTIRNOS para
cambiar nuestro comportamiento o vamos a seguir engañándonos?
Después
de esta realidad actual me pregunto… ¿Qué situación social tan caótica tuvo que
haber en la Tierra para que Dios decidiera dar fin a ella con el DILUVIO y empezar otra vez desde cero? ¿Qué nivel de gravedad es el nuestro? ¿Estamos contentos o disgustados? ¿Hacemos algún movimiento positivo, a nivel
personal o colectivo, para cambiar el formato?
En
Génesis 9, 8-15, Dios anunció a Moisés y a sus hijos que el castigo que recibieron con “el diluvio” no volvería a repetirse y
el pacto que hizo con ellos queda sellado con “el arco iris”. Este regalo tenemos que entenderlo como una muestra
de su misericordia pero después le
toca al hombre responderle para que no tenga que castigarnos de nuevo, así lo
entiendo… ¿Estamos haciendo las cosas
bien?
La
muerte de Jesús, siendo inocente,
sirvió para salvar a todos los hombres de todos los tiempos y ya, como cumplió
la misión encomendada, no volverá a repetirse porque, como el Espíritu estaba con Él, resucitó para rescatar a quienes
estuvieran esperando este momento cumbre de la obra de Dios, incluso a los que Moisés
advirtió de que tenían que cambiar o, de lo contrario, los castigaría con
el DILUVIO.
El
Papa nos advierte de la deriva que
llevamos y nos recuerda unas palabras de Jesús,
están recogidas en Mateo 24,12: [Al crecer la maldad, se enfriará el amor en
la mayoría.].
Esta es una forma de alertarnos sobre una realidad próxima pues, un día no muy
lejano, la humanidad llegará a plantear situaciones complicadas y éstas nos
arrastrarán a vivir momentos no deseados. Los acontecimientos actuales son muy
graves… ¿Tendrán colmado el vaso de la
paciencia del Padre y estaremos acercándonos al “fin de los tiempos”?
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