Colaboración de Paco Pérez
Capítulo X
LA PARTIDA DE TUTE
El contenido de este relato no me lo ha contado nadie porque yo estaba en
el lugar de los hechos en el momento que ocurrió la escena.
De
las cosas de nuestro pueblo que siempre tuvieron mucho atractivo fue, para los
lugareños y los de fuera, el poder saborear un café en los bares mientras jugaban
una partida de cartas o de dominó. Cuando más gente había en esos establecimientos
públicos para jugar era por las tardes,
cuando ya habían dado de mano de sus trabajos y esas horas muertas las ocupaban
con las partidas, unos como protagonistas y otros como mirones.
En
los meses de verano la puerta de “El
Recreo” era el lugar de encuentro por la mañana porque tenía sombra y por
la tarde la concentración estaba en “El
Tropezón” por la misma razón.
Esta
historia ocurrió hace muchos años en la puerta de “El Tropezón”, los hechos se desarrollaron durante el transcurso de
una partida de cartas y la modalidad de juego que practicaban, y aún se
practica, era de “Tute perrillero”.
Aquella
calurosa tarde de verano cuatro jugadores se sentaron en unos sillones
metálicos de color verde alrededor de una mesa cuadrada de aluminio, entre cada
dos jugadores se sentaba un “mirón”
y como eran cuatro los espacios pues los “mirones” eran, como es lógico, otros
tantos. Aquella tarde Francisco “EL
CUCO” participaba como “mirón” y
estaba sentado entre dos jugadores muy populares, Avelino Tirado Torres “Paratrenes”
(fallecido) y Segundo Lerma Moreno “El Sereno”. Los otros dos jugadores de
la partida eran Francisco Jiménez García
“El de las zapateras” (fallecido) y Francisco
Carretero López “Salvori”.
Los protagonistas de la partida no podían ser más idóneos para el
espectáculo porque lo bueno de ellas es que quienes juegan desarrollen
agresividad verbal mezclada con ocurrencias irónicas oportunas, acciones malas para los contrarios y
que éstas les hagan sentirse perjudicados en el juego.
Con estos protagonistas comenzó la partida, después fuimos
llegando la segunda tanda de espectadores y, como ya no quedaban espacios para
estar sentados, los últimos nos pusimos de pie, yo estaba situado detrás de Francisco “El Cuco”. El juego
discurría con normalidad hasta que Avelino le dijo a Segundo:
- Mira que eres duro para pagar tus trampas.
- ¿Qué dices tú de pagar y de trampas? –le preguntó Segundo.
El Avelino insistió:
- ¿Ya se te ha olvidado que hace cuatro juegos me dejaste a deber
un duro?
- ¡¡¡Cállate ya y no me distraigas!!!
- ¡¡¡No suelta un duro hasta que no le das en la mano con una
maza!!!
Como Segundo no le
respondió y siguió jugando pues parecía que aquel fuego ya se había apagado
pero no fue así porque unos minutos después los protagonistas volvieron a
discutir por el duro reclamado por Avelino.
Cuando se tranquilizaron y el silencio se instaló en el ambiente
apareció Francisco “El Cuco” de manera
inesperada y les dijo:
- ¡¡¡Vaya par de
sinvergüenzas que estáis hechos!!!
- ¡¡¡Ya salió al
escenario el que faltaba en la fiesta!!! –exclamó Segundo.
El
Avelino también recriminó a Francisco sus palabras diciéndole:
-
¿Quién te ha llamado a ti para que lleves vela en este entierro?
–
Nadie, pero si os he dicho que sois unos sinvergüenzas es porque os estáis
rajando por un duro y no cogéis los cinco
duros que se os ha caído al suelo – le respondió.
No
había terminado Francisco de
pronunciar la última palabra y salieron los dos diciendo de inmediato:
-
¡¡¡Son míos!!!
Esas
palabras las acompañaron de un movimiento rápido del cuerpo con el que se
inclinaron para cogerlos del suelo pero al hacerlo se encontraron con la cruda realidad
de que no había nada y, al descubrirse la broma de Francisco, todos los que
estábamos alrededor comenzamos a reírnos con fuerza.
Así era Francisco “El Cuco” y con este escrito
doy por acabadas las publicaciones sobre sus ocurrencias.
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