Colaboración de José Martínez Ramírez
Ahora
te preguntarás dónde fueron
tantos
besos, tanta sonrisa inventada.
Ahora
que llegó la angustia larvada
de
recuerdos que se rompieron
en
cenizas. Tu alma burlada
por
el hastío del tiempo canalla.
Ahora
queda el óxido mugriento,
abrigado
de melancolía y lágrimas,
y
las noches abrazada a la almohada
de
este homicida y frío invierno.
Ahora
amanece, y no te levantas
a
ver por qué el desaliento te invade,
y
no puedes evitar otra vez el desconsuelo
de
probar el desayuno con leche amarga.
El
pelo, en tus ojos sucios de rímel y lágrimas
cuando
llegó la hora de decir adiós, y el hielo
dejan
fría tu mirada, ya, te espera el mañana.
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