Colaboración de José Martínez Ramírez
Lo
mejor de mí se perdió en ti ayer.
Aunque
busqué en otras islas mi tesoro
viajé
en tren mientras me veía crecer,
buscaba
paisajes gritando socorro
y
no paraba de beber.
Lo
mejor de mí se perdió en ti ayer.
Busqué
la luz de los ojos que adoro,
crucé
la mar bravía una y otra vez,
y
le hacía a sus olas encrespadas el coro,
mientras
veía amanecer.
Lo
mejor de mí se perdió en ti ayer.
Durante
muchas noches, perdido y solo,
mi
amargada memoria intentaba tejer
el
mapa de labios y mejillas que añoro
y,
acurrucado, sentía llover.
Lo
mejor de mí se perdió en ti ayer.
Cuando
pensé que una rosa de oro
era
para mí por ser el primero en oler
su
perfume carmesí, el que hoy imploro.
Ignorante
de mi, mujer.
Lo
mejor de mí se perdió en ti ayer.
Busqué
en portales sin luz tu foto,
anduve
perdido por la ciudad de Ravel,
pisé
praderas y eriazos incoloros
y
nunca logré volverte a ver.
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