Colaboración de Ramón Albao Carmona
En
el pueblo donde resido no necesito más,
los
churros de “La Juani” o de “Casa Lola”,
el
café en “El Cerote”,
la
amabilidad de la Ferretería “La Pieza”,
lo
que quieras en el estanco,
la
buena carne en “El Jaenero”,
los
cubatas en “El Alos”
y
el cabrito con ajos en “El Recreo”.
Los
jamones de la Capilla,
con
cariño “La Retrepá”,
los
helados en el Paseo,
los
melones de “El Toloveo”,
el
saber que tenía el anciano “Picacho”,
el
crujiente pan de “El Churrianero”,
los
chistes de “Canuto” en la petanca
y
los sabios consejos de Paco “EL Feo”.
Para
los niños, el quiosco de Barrera;
para
comprar un montón de cosas, Pedro “Zamorita”;
los
paseos, por el camino de “Lucena”
y
las flores más bonitas, en “Casa de la
Marina”.
Yo,
como vivo en la Luna,
me
dejo llevar por el viento
y
lo mismo me tomo un café en “Belén”,
un
refresco en “Ca Cerote”,
me
paso por la peluquería “Por los Pelos”,
leo
el periódico allí donde puedo
y,
si no, pregúntale a mi gorra…
¡Ella sabe mucho de lo que hablo!
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