Colaboración de Manuel Torres García “Carchenilla”
A mi nieta Lucía en el primer día de su Santo.
Parece
mi nieta Luci un capullo de jazmín, con esa boca tan chica y esa pizca de
nariz.
Como
dos aceitunillas son sus ojos achinados, bonitos para su abuelo, aunque los
tenga cerrados.
Su
cara no tiene nombre, es un bombón refinado y por eso a sus abuelos los tiene
medio chalados.
Creo
que ya me quiere y, aunque no me diga nada, me lo dicen sus ojillos cuando me
mira tan salada.
Parece
una niña grande a la hora de comer, si se toma los dos pechos quisiera tomarse
tres y por eso dice el pediatra, con muchísima razón, que después de darle el
pecho le den también biberón.
A
veces junta sus manos, nos mira y no dice nada; parece una viejecilla que se
quiere confesar.
Cuando
despierta hace un gesto raro, muy variable, y a veces pone la cara como el que
prueba vinagre.
Si
alguien se burla de ti, haciéndote daño un rato, yo digo como la Esteban… ¡Por
mi nieta pego y mato!
Por
si no te veo crecida, hoy te lo quiero decir: Respeta siempre a tus padres, no
les hagas de sufrir, pues no sabes los desvelos que están teniendo por ti.
Cuando
te pongas más grande ten confianza conmigo que, además de ser tu abuelo,
siempre seré tu mejor amigo.
Por
ser el día de tu Santo, el primero que celebramos, en tu nombre a Dios le pido…
¡Salud, paz y bienestar!
Tu abuelo M. Torres
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