Colaboración de Pedro Berrio Melguizo
EN LOS RUEDOS: CLARINES, SUFRIMIENTO, LOCURA,
MUERTE Y GLORIA
Clarines
anunciaron tu presencia, prevista,
como el Sol anuncia a la aurora,
cuando la pidieron a la vista.
como el Sol anuncia a la aurora,
cuando la pidieron a la vista.
Una capa te imanta con su vuelo
y, el que por un instante la moviera,
se vuelve para ti enemigo eterno.
se vuelve para ti enemigo eterno.
Al miedo luminoso del torero
salta,
haciendo filigranas en el anillo
y busca su refugio en el madero.
y busca su refugio en el madero.
Un desafío de palos y papelillos,
citándote en el ruedo, te desangra
de colorines rojos el morrillo.
Con tu fuerza brutal, mil gracias originas…
¡Cuántas manos se baten en el ruedo
mientras tú, las tuyas, juntas como esquinas!
Pensando en la faena a realizar,
el torero ilumina sus imaginaciones
y, mientras todos creen que es por valiente,
por debajo te pide mil perdones.
Quieto tú, te mira por la lente de la espada
y concluye tu momento
al acabar con su punta, mortalmente,
por el doble perfil de tu bigote.
Te arrastra a segunda ejecutoria,
para ti fue el dolor y para el torero...
¡LA GLORIA!
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