Colaboración de José Martínez Ramírez
Entrega II
Como
el viento del otoño,
me
vences
en
mis besos caídos al suelo.
Así,
como vengando la existencia
del
cálido estío.
Tenía
muchas cosas que decirte
pero
enmudecía temblando.
Mis
ojos se mueren,
si
vivo en tu recuerdo.
Tenía
muchas cosas que decirte
pero
enmudecía temblando.
VI
Prendida
descalza mi soledad,
ruge
en silencio mi voz
cuando,
calmado, despierta mi corazón
y
al quedarme tristemente solo…
Lo
siento,
resulta
imposible terminar este poema,
poema
sin motivos, sin razones y sin porqués.
VII
Ráfagas
de viento
me
traen tu nombre,
una
canción, un beso,
un
dolor y un recuerdo.
Flores
de duelo.
Quedo
preso del tiempo
sin
volver la página,
ni
romper el silencio
y
me trae tu nombre
una
canción, un beso,
un
dolor, un recuerdo…
Flores
de duelo.
La
risa de tu pelo,
cuando
nutre mi lecho,
sin
omitir el silencio.
Flores
de duelo.
VIII
A D. Martín Lerma Molino,
para que se anime.
Acércate
a los días de mi cuerpo
con
la alegría mortal de las palabras,
una
sola flexión de tus pupilas
y
cien gestos de amor en mis poemas.
En
cada verso, el tributo del alma,
vagando
el diccionario de un te quiero.
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