Colaboración de D. Ramiro Aguilera Vaquero
BUSCANDO
NUESTROS ORÍGENES
En
1977, científicos de la universidad de Munich, consiguieron extraer y analizar
ADN del brazo del hombre de Neandertal original y quedó demostrado que era
diferente de cualquier ADN hallado en la Tierra hoy, lo que demostró que no
había ninguna relación genética entre neandertales y humanos modernos. Por
tanto, los humanos modernos procedemos de unos cuantos centenares de africanos
que dejaron su tierra natal en fecha tan reciente como hace solo 25.000 años. A
pesar de ello, las diferencias son tan pequeñas que parece ser que ambas
especies se mezclaron en bastantes ocasiones.
Una
complicación que suele plantearse cuando se cruzan especies que están próximas,
pero no son del todo idénticas, como ocurre con los caballos, que tienen 64
cromosomas, y los burros, 62. Si los cruzas, tendrás un vástago con un número
de cromosomas reproductivamente inútil, 63, con lo que tendrás una mula
estéril.
Son
muchas las especies animales y vegetales que han desaparecido definitivamente o
pueden hacerlo pronto. Muchos científicos han asegurado que las actividades
humanas estaban provocando en el planeta, una o dos extinciones a la semana,
aunque otros han propuesto muchísimas más. De lo que estamos seguros es que
sólo hay un planeta y sólo una especie capaz de cambiar las cosas. Como expuso Edwuard O. Wilson en su libro La diversidad de la vida: [Un planeta,
un experimento.].
Existimos
gracias a una cadena casi interminable de buena suerte.
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