Colaboración de Paco Pérez
Paseo 3
Cuando
hace unas fechas el Sr. Invierno recordó, demasiado tarde e inoportunamente, que
tenía el deber de hacer su tradicional puesta de largo, entonces decidió recorrer
las elevaciones del terreno, visibles desde nuestro pueblo, y les llevó otra
vez más un nuevo vestido blanco.
Entre
los vecinos se había comentado cómo estaba ya Sierra Mágina y un día decidimos salir por el remozado camino del “viejo matadero”, edificio reformado que
hoy se utiliza como “Centro de acogida
para los temporeros”, durante la recolección de la aceituna. Fue el 16 de
febrero, por la mañana, y la razón que tuvimos para caminar por ese lugar no
habitual fue intentar grabar, desde ese lugar, las mencionadas zonas altas cubiertas
de blanco, con el primer regalo recibido en el año 2016.
Cuando
llegamos hasta la casilla de Antonio
Guijarro García “El quinto”, miré hacia el plano mencionado y me
percaté de que el pico de Jabalcuz
no recibió el vestido a tiempo y, la verdad, bajamos esa mañana porque me hacía
ilusión grabar esa vista de Villargordo,
para mí, de lo más bonito que tenemos. No obstante, preparé la máquina y la
llevé:
Unos
días después repetí el recorrido pero esta vez fue por la tarde y crucé el
arroyo por la vieja casilla de Miguelillo
“El pintao”. Uno de sus herederos
tenía atado en la puerta un perro, me querían comer, las cadenas se impidieron
y me hicieron caminar sin peligro por medio del olivar. Ascendiendo llegué hasta
la zona del vertedero y desde allí tomé unos planos de la casilla de “Barba azul”:
También
del atardecer, desde la misma zona:
Continué
hasta la carretera de Torrequebradilla,
me encontré con Pedro Berrio Melguizo
y, como él iba en la misma dirección, caminamos juntos hasta su campo. En ese
trayecto tomé:
En
ellas Sierra Mágina se mostró blanqueada,
lo que no consiguió todavía Jabalcuz.
Unas
fechas después visité las eras de la “Dehesa”
y tomé Sierra Mágina:
Tuvo
que ser una mañana del día 29 de febrero cuando conseguí grabar la imagen buscada,
no tenía la belleza deseada por no haber sido abundante el regalo, el Sr. Invierno
se mostró tacaño, pero el objetivo que llevaba persiguiendo un tiempo sí se
cumplió y recibí el premio a mi persistencia:
Espero
que les haya gustado y que les sirva de guía, si les entra la afición, en su
caminar y no saben por dónde hacerlo.
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